Monday, April 9, 2012

El Mall

El mall es una característica de las ciudades de nuestros días, como las ferias y los mercados. Se junta la gente, compra, vitrinea y conversa. Quizás no regatea, como en esos lugares pasados pero también contemporáneos de muchas ciudades en diversos estados de lo que se llama desarrollo. En mi opinión, un supermercado es un ingrediente básico del mall , como los cafés, las cafeterías de comida más o menos chatarra (junk food) y lugares donde sentarse. En un mall del centro de Montreal uno puede ver todavía a los chinos viejos que se sientan a conversar—porque el mall les creció alrededor del lugar donde se sentaban antes. En el Billngs Bridge, en Ottawa, los inmigrantes recientes se sientan en las mesitas de la cafetería, sumidos en uno de los pasos más decisivos de su ‘occidentalización’, si vienen de los países eufemísticamente llamados ‘en vías de desarrollo, mientras en la mesa del lado están los adolescentes de la secundaria, que se van para allá después de clase. En el Rideau Centre, también en Ottawa, una tienda de cadena la Bay, en algunas festividades y fines de semana, presenta espectáculos de música, muestras culturales o desfiles de modelo—claro que con fines comerciales. Pero eso no lo hace la municipalidad. En Santiago la gente va a los mall los fines de semana, para pasear, aunque no compre nada. También me ha tocado presentar espectáculos. Lo que plantea el tema de que la empresa privada cumple un papel que parecen descuidar las entidades públicas, que si bien efectúan festivales, parecen ajenas a este otro tipo de espectáculo más pequeño, casual si se quiere y como del ambiente, pero gratuito y que añade otra faceta al hecho de pasear por el mall sin un propósito determinado, quizás para tomarse un café si a uno se le da la gana o comerse unas donats o unas papas fritas. A la salida de los malls predicadores pentecostales testimonian, los adeptos de la cientología y los hara krisna, o de otros cultos e incluso afiliaciones políticas, o simples profetas o rebeldes individuales, venden o dan propaganda, los dealers y sus clientes hacen negocio y se juntan casualmente las pandillas urbanas. Ese es un lado negro pero infaltable. ¿Son los malls una llaga abierta más de la cultura capitalista que expone toda su degradación?, ¿son un elemento de la disolución de la vida familiar, de la corrupción de la juventud, la alineación en la moda, la antesala de drogadicción?. ¿o son un elemento vibrante y positivo de la vida moderna, una institución que un orden nuevo debiera mantener, aunque quizás transformando?

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